Somos Mejores Padres Cuando Entendemos al YO, al TU y al NOSOTROS

Puedo sentir el calor de mi corazón latiendo en mis oidos. Noto que mi hija aguanta su respiración mientras yo le aseguro que “odio a las personas irresponsables”. Al tomar el próximo aliento, me detengo y me doy cuenta que esto ha sido un “total fallo materno”. He desaprovechado el momento para enseñarle a mi hija lo que es la responsabilidad y la he averegonzado, humillado. Me detengo y le explico que estoy demasiado enojada para hablar y para procesar la situación. Una vez que estamos juntas en el auto, le explico que  “Mami se había alterado de tal manera que le había hecho daño en vez de tomar la oportunidad para ayudarle”. La capacidad de darme cuenta de mi error y comprender lo que estaba ocurriendo me permitió recapacitar y volver a acercarme a mi hija para enseñarle sobre el valor de la responsabilidad. Este incidente me permitió analizar y evaluar lo que muchos sicoterapeutas dan por sentado. La habilidad de auto reflexionar es una que puede ayudarnos en todo tipo de relaciones. Aunque es sumamente importante en la relación con nuestros hijos, muchos padres no la practican.

Aprender a auto reflexionar toma tiempo y práctica. En el proceso del desarrollo humano debe ser algo que aprendemos poco a poco durante nuestros primeros años pero que deberíamos dominarlo en los últimos años de nuestra adolescencia.  En Brainstorm y en Mindsight, Dan Siegel explica que tenemos que entender al YO, al TU y al NOSOTROS, para poder tomar mejores decisiones con respecto a las relaciones humanas. En la relación con nuestros hijos yo  lo veo de esta forma.

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YO

Para llegar a conocer al ser debemos entender el proceso a través el cual nuestras experiencias del pasado influyen en las del presente. Hay muchos estudios que indican que una vez que los padres reflexionan claramente sobre las relaciones con sus propios padres, con otras personas y con las experiencias que han tenido en su vida hasta el momento en que se convierten en padres ellos mismos, entoncesesa experienciales ofrece la intuición necesaria para que sus hijos prosperen. Esto ocurre porque representamos esas viejas relaciones y heridas en el presente hasta que logramos dominarlas. Has escuchado alguna vez la expresión “te casaste con tu padre”? Es cierto. Algunas veces esto resulta en una relación positiva y otras veces no.  Además, si tienes heridas  pasadas que todavía no han sanado, por ejemplo cuando no confías enque otros te digan la verdad, cuando tienes miedo de ser el que tú realmente quieres ser porque otros te pueden hacer daño o cuando crees que todo el mundo te quiere derrotar, entonces existe una gran posibilidad de que utilices esos patrones en tus relaciones con tus hijos. Esto ocurre de diferentes maneras:  la primera vez que tus hijos mienten, o cuando les guardas rencor y te sientes culpable porque te das cuenta que una vez más has asumido el rol de “Mamá” y no estás actuando como eres en realidad, y/o te sientes derrotada cuando te dicen que ya no te quieren      (común en los niños de cuatro años y en los jóvenes).

TU

En la parte del TU, la capacidad de participar afectivamente en la realidad ajena significa que podemos reflexionar. Todos suponemos que podemos sentir compasión y empatía pero en realidad, es bastante difícil hacerlo conscientemente. Nuestro sistema neurológico está programado para percibir amenazas. Esto hace que constantemente estemos en busca de algo tan simple como los niveles de dióxido de carburo en el ambiente porque estos niveles provocan que respiremos leve o profundamente. Además, nos hace juzgar a otros y sus intenciones para con nosotros. Para dominar la auto reflexión en la parte del TU debemos juzgar yauto protegernos menos y preocuparnos por lo que la otra persona este sintiendo y evaluar sus interacciones con nosotros más. Con frecuencia le digo a mis clientes que se conviertan en “detectives de la vulnerabilidad”. Lo que quiero decir con esto es que debemos estar más conscientesde lo que otros puedan estar sintiendo pero que suelen esconder bajo la rabia, el orgullo o el sentimiento de poder. Nuestros hijos hacen esto con frecuencia. Muchos niños empujan o les pegan a otros porque se sienten con miedo o desilucionados de que los límites que les imponemos son un producto del rechazo o de que no los queremos. Los niños pueden reaccionar faltándote el respeto pero en realidad lo que están haciendo es defender la conección y el amor que sienten por ti. Siempre le digo a los padres y maestros que el niño que más daño hace es el que necesita más comprensión y cariño. El amor, y no el rechazo y el aislamiento, es lo quecura estas reacciones negativas. La próxima vez que te enfades con tu hijo, con tu pareja, con tu jefe o con tu amigo, pregúntate cómo se están sintiendo ellos, qué es lo que ellos están tratando de defender y cómo puedes tú hacerlos sentir seguros para que puedan conectar contigo?

 NOSOTROS

 Lo difícil de la relación entre padres e hijos es que es una relación unilateral. Cuando el niño es menor de doce años es el único momento en la relación paterno filial en que la codependencia es necesaria y obligatoria para la salud social y emocional. No debemos depender de nuestros hijos para alcanzar nuestra felicidad, sentido de valor propio y/o paz mental. Nosotros somos los mentores que ayudamos al discípulo a aprender. La recompensa llega cuando los vemos salir adelante y formar parte del mundo. Este es un ejemplo perfecto del nivel de NOSOTROS en la auto reflexión. Para que una relación funcione, debemos estar dispuestos a dar y a recibir. Tenemos que perdonar y llegar a acuerdos para que funcione el NOSOTROS.

 Piensa en esto. Piensa en cuál es tu posición en cada uno de estos niveles. Si sientes que esto te abruma, entonces busca ayuda. Si estás dispuesto a trabajar con estos tres conceptos,  tus hijos y tus relaciones properarán. Te lo garantizo.