Era verano y yo me encontraba recostada a la cuna de mi hija recién nacida, llorando. Tenía todo lo que hubiera querido tener cualquier madre; un esposo cariñoso, el apoyo de mi familia y regalos de todas partes para celebrar la llegada de nuestra hija a nuestra vida. Tirada en el piso de su cuarto sentía que nada de aquello importaba, yo sólo sentía dolor y ganas de morir.
Quería que mi suicidio pareciera un accidente para que mi esposo y mi bebé sufrieran menos mi perdida. Mientras planeaba el fin de mi vida lloraba. Además, me sentía culpable y en una situación conflictiva. Acababa de pasar más de 30 días en la NICU (unidad infantil de cuidados intensivos) porque mi hija había nacido prematura. Me sentía culpable de querer morir cuando mi niña había pasado esos 30 días luchando por sobrevivir. Mis pensamientos estaban ocupados por recuerdos dolorosos que me hacían creer que no sería la mejor madre para mi niña. Podría hacerle daño y garantizarle a mi niña una vida dolorosa. Ese día, en ese cuarto yo era una mujer extraviada, desconectada, sintiendo la estrangulación de la depresión posparto. (http://www.postpartum.net/learn-more/depression-during-pregnancy-postpartum/).
Tenía todos los síntomas de las mujeres que sufren de depresión posparto. Trauma en la niñez, previos episodios de depresión, embarazo arriesgado y la experiencia de pasar un mes en la NICU. Nadie me había hablado nunca de estos síntomas, ni antes ni después del parto, ni durante mis visitas al doctor, tampoco durante los 30 días que pasé en la NICU. Las mujeres en nuestro país necesitan este tipo de información para que no lleguen a sentir lo que yo sentí ese día.
Me considero muy afortunada. Una amiga y mentora notó mis cambios y mientras compartíamos un café me dijo que debía buscar ayuda. Ella tenía el presentimiento de que me iba a hacer daño y me preguntó si yo estaba pensando quitarme la vida. Fui sincera con ella y es así como comenzó la historia de mi recuperación. Fue difícil encontrar un profesional que me pudiera ayudar con los síntomas de la depresión posparto. A diferencia de otras mujeres yo tenía una red de apoyo y el dinero para buscar ayuda. Esta es la historia que me conduce a alcanzar lo que soy hoy en día.
Soy una profesional de salud mental para bebés, para niños y para adolescentes. Soy una experta en la crianza de los niños y me dedico diariamente en mi centro a ayudar a las familias y a los padres primerizos a encontrar su autenticidad para poder crear la familia que desean. Después de superar la depresión posparto regresé a la universidad, saqué mi maestría y comencé mi carrera en Vista del Mar Child and Family Services en Los Angeles.
Allí me hice experta en el desarrollo de niños y adolescentes y en la salud mental infantil. Además logré fortalecer mi decisión de apoyar a las familias y a los padres primerizos. He entrenado y participado en estudios de investigación con Yale’s Minding the Baby,The National Child Traumatic Stress Network y con el Child Trauma Research Program de San Francisco. Todos estos años de educación y experiencia me confirman, a mí y a muchos otros expertos en este campo, que debemos luchar más para que las mujeres tengan la ayuda necesaria y más importante aún, para que reciban información sobre estados de ánimo perinatal y sobre trastornos de
ansiedad.
La mayoría de las madres primerizas no se dan cuenta de los síntomas que sufren y que alteran su estado de ánimo. Están tan cansadas por falta de sueño y por el esfuerzo que requiere reajustarse a la nueva vida con su bebé que pasan por alto los cambios en su estado de ánimo. Cuando nace un bebé nuestra cultura espera que la madre se sienta totalmente feliz con su hijo. Cuando la realidad no se ajusta a las espectativas de la cultura, la mayoría de las madres se juzgan demasiado severamente. Las investigaciones demuestran que con el tratamiento apropiado y con la guía de un profesional se puede proteger el bienestar de la madre, del bebé y de la familia. De no ser así, la salud mental de la madre puede tener, durante meses o años, resultados peligrosos para el bebé, la madre y la familia.
Si mi historia te es familiar, por favor busca ayuda. Como dice Postpartum Support International (http://www.postpartum.net/learn-more/frequently-asked-questions/): “No estás sola. No es tu culpa. Con ayuda te sentirás bien”.