Antes de tener a mis hijos no sabía nada de deportes. De niña vi muchas veces la Copa Mundial con mi familia. Como no me interesaba entender el juego, esta experiencia más bien me servía como una oportunidad de compartir con mi familia y apoyar al equipo de Colombia. También recuerdo que durante la década de los 80 me entusiasmaba cuando ganaba el equipo de los Miami Hurricanes. Esas experiencias como espectadora de fútbol americano también estaban basadas en la interacción social, en la experiencia emocional, y en la diversión. Hoy en día los deportes han llegado a tomar otro significado para mí.
El deporte es la forma en que puedo ser testigo de aquello que le brinda a mi hija su razón de ser, responsabilidad, ímpetu y alegría. Mi hija juega fútbol desde los cuatro años. Para mí ha sido impresionante verla apasionarse con algo que ama y a lo que se dedica enérgicamente. Sin embargo, cuando voy a sus partidos a veces me distraigo con el comportamiento de los espectadores. Comprendo que el estado de ánimo de los padres y de otros miembros de la familia puede cambiar durante el partido ya que estos eventos pueden ser social y emocionalmente provocantes. Lo más importante para los padres espectadores debe ser siempre sus hijos o hijas. Las sugerencias a continuación le ayudarán a disfrutar del partido y ser un buen padre o madre para su hijo o hija.
Apoye, no Entrene
Hay tres reglas importantes que se deben siempre tomar en cuenta cuando somos padres: mantenga la rutina, sea consistente en sus respuestas con su hijo o hija y coopere siempre con las personas que ayudan a cuidar y a educar a su hijo o hija. El entrenador que trabaja con su hijo o hija es parte de este equipo que cuida y educa a su hijo o hija. Cuando no estamos de acuerdo con el entrenador o cuando le gritamos a nuestros hijos que actuen de cierta manera usted está rompiendo la regla de cooperar siempre con las personas que ayudan a criar y a educar a nuestros hijos. Durante el partido y durante las prácticas es el entrenador el que se encarga de la rutinas, las jugadas y la dirección que debe seguir su hijo o hija. Cuando le gritamos a nuestros hijos desde donde estamos presenciando el partido para que ejecute alguna jugada, le estamos restando autoridad al entrenador y confundiendo al niño que no sabe “a quién hacerle caso“. Siempre escuche y muestre curiosidad por las lecciones que imparta el entrenador. Es imperativo que usted apoye las decisiones del entrenador. Si frecuentemente usted no está de acuerdo con las instrucciones del entrenador entonces debería tomar en consideración que quizá su hijo o hija no está en un equipo que se ajuste a sus valores familiares.
Estimule y Reevalue
La mayoría de los atletas aprenden muy rápidamente a analizar sus jugadas y a procesar sus habilidades. Esta es una de las grandes ventajas que aprenden los niños que juegan deportes en equipos. Desarrollan la capacidad de auto evaluarse y de tener autoconciencia. Sin embargo para estos niños que están motivados a ganar, enfrentar el fracaso puede crear un momento en el que se puedan sentir arrepentidos y en el que sus pensamientos se vuelvan negativos. Algunos atletas sufren esta experiencia y lo mejor que usted puede hacer para ayudar a su hijo o hija es reevaluar la experiencia del fracaso, aceptar la experiencia y educar a partir de la experiencia y los sentimientos que podemos sentir cuando perdemos. Es importante que hable con su hijo o hija sobre los errores que cometieron durante el partido y aprender de esos errores para mejorar en el futuro. Tenga cuidado de no ser pesimista. Siempre hable de una manera positiva donde se haga referencias a la próxima vez. La belleza de los deportes de equipo es que siempre hay una próxima vez para perfeccionar la jugada.
Controle su Energia y Estado de Animo
Si a su hijo o hija le encanta el deporte que practica acuérdese que sus errores y sus fracasos significan más para él o ella que para usted. Es importante que esté consciente de su frustración y de su desilusión y que dé más importancia a las emociones de su hijo o hija que a las suyas. Para los padres esto es algo difícil de alcanzar. En un partido en el que juega su hijo o hija usted anhela que el equipo de su hijo o hija gane y también usted teme que su hijo o hija sufra al sentirse desilusionado si pierde. Esta es una razón importante por la que no debemos perder de vista nuestras emociones y nuestras energías. Por lo tanto asegúrese de estar en la mejor forma posible (dormir, comer, emocionalmente balanceado) cuando se encamine al partido o a la práctica del equipo de su hijo o hija. Créame, espere hasta que usted se calme antes de ofrecerle a su hijo o hija sus comentarios y consejos. Si necesita hablar con el entrenador y su hijo o hija se da cuenta que usted está hablando con él, aclárale a su hijo o hija que su preocupación no tenía que ver con su rendimiento en el partido. Si usted no se explica claramente su hijo o hija puede expresar la misma frustración que usted siente por el entrenador.
Espero que esto le sirva para seguir apoyando a sus atletas. ¡Nos vemos en el partido!