¿Cómo afecta el divorcio a los niños pequeños?

Los niños menores de cinco años tienden a expresar su mundo emotivo de dos maneras opuestas; simple e intrincadamente. Todo padre que se esté separando o divorciando debe estar conciente de la manera en que su hijo expresa sus emociones y sentimientos con referencia a la experiencia del divorcio o la separación de sus padres.

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¿Qué es lo que los niños entienden en realidad?


La mayoría de los padres esperan que sus pequeños no se den cuenta de lo que está sucediendo a su alrededor. La pregunta que más me hacen los padres que vienen a mi consulta es: “¿Entienden en realidad los niños lo que está pasando? “. La respuesta es “ sí“, y lo que más miedo nos debe dar es que entienden de la manera en que un niño de uno, dos, tres, cuatro y cinco años entiende las cosas, con la información que pueden absorber a su edad. Los estudios que se han hecho demuestran que los bebés de seis meses o menores, usualmente pueden percibir cuando existe un conflicto o una discordia matrimonial (Medina, 2010). Los bebés sienten el conflicto psicológicamente, la presión arterial cambia y las hormonas del estrés inundan el cerebro. Estos estudios demuestran que se pueden comprobar estos efectos con un simple examen de orina. Las hormonas del estrés en el cerebro aumentan en los niños de uno a cinco años que están pasando por una experiencia de divorcio. Estos niños tienden a tener con más frecuencia una reacción de “ pelear, huir, detenerse “. El niño puede reaccionar con una confrontación (pelear), el niño puede escapar o retraerse de la situación (huir), o el niño simplemente se puede paralizar sin una reacción perceptible. En este grupo de niños esta reacción se manifiesta en la forma de un comportamiento difícil e impulsivo y pueden tener dificultad con el proceso de aprendizaje en la escuela. Aunque los niños no entiendan el lenguaje ambiguo de un comentario sarcástico o de las discusiones o peleas, sí pueden sentir la energía negativa de los adultos de la misma forma en que los adultos son capaces de sentir la tensión que proyectan dos personas que no se agradan. Para contrarrestar este comportamiento es importante hablarles a los niños sobre los cambios y discordias que están ocurriendo y explicárselos de una forma apropiada para su edad por ejemplo: “ te asustaste porque Mamá y Papá se hablaron de una manera fea pero vamos a tratar que esto no ocurra otra vez “.

Cuando Mamá y Papá discuten

Los niños menores de cinco años sienten una gran interrupción en sus vida cuando existe un conflicto o discordia matrimonial entre los padres. Los niños entre los seis meses y los cuatro años y medio suelen comprender el proceso de causa y efecto y comprenden el mundo que los rodea desde “su”punto de vista. De manera que si el niño está jugando con un carrito y se le cae en el momento en que Papá/Mamá comienza a pelear, ellos asumen inmediatamente que el hecho de dejar caer el juguete provocó que Mamá/Papá peleara. Los niños asumen la responsabilidad de las acciones de los que los rodean. Los niños buscan seguridad en los padres, en el estado emocional de los padres y en la comunicación verbal o no verbal que los padres transmiten a sus hijos. Si los padres están peleando y pierden el control en presencia del niño entonces cuando el niño se dirige al padre en busca de seguridad y protección el mensaje que recibe el niño es que “ no está seguro ni protegido”. Aunque el divorcio siempre es difícil cuando hay niños pequeños en la casa, a menudo la opción de divorcio o separación es lo mejor para sus hijos.

Encontrar el control en los lugares menos adecuados

Algunas veces sus hijos demuestran su angustia y/o sus emociones negativas abiertamente y otras veces lo hacen de una manera sutil. En el caso de un niño que esté lidiando con la separación de sus padres, este puede obsesionarse con un objeto, por ejemplo con un tipo de zapato. Por lo general es un tipo de zapato que no se puede llevar en todas las ocasiones. Les puede dar una perreta por los zapatos o puede ser que hablen con frecuencia sobre el objeto de su obsesión. En estos casos lo que en realidad están haciendo es expresar su control sobre algo que el niño sabe que puede controlar. Igual que un adulto, lo que necesita el niño es que alguien le haga entender que no es que necesite desesperadamente el zapato es que extraña a Mamá/Papá que ya no está con ellos todo el tiempo. Hay que explicarle al niño que cuando no tenemos control de cuándo y cómo ver a Mamá/Papá podemos llegar a sentir asco o repugnancia. Lo difícil de esta situación es que es Mamá y/o Papá el/la que necesita tener esta conversación con el pequeño. En medio de un divorcio es difícil hablarle a nuestros hijos sobre lo mucho que extrañan al otro padre, pero es importante hacerlo.
 

Te odio Mami. No, te odio Papi

En los momentos de angustia, frustración o conflicto con el padre que está presente, los niños pequeños tienden a querer al padre que está ausente. Esto ocurre por la misteriosa habilidad que tienen los niños para resolver problemas. Con frecuencia, en mi oficina, los padres me dicen que sus hijos han llegado a ser crueles y groseros con ellos y los han rechazado con un empujón exigiendo la presencia del padre ausente. Algunos padres se preocupan de que un padre pueda “ poner al hijo en contra del otro padre “. La verdad es que este intercambio es la forma en que el niño trata de resolver el problema y de evitar sentir emociones negativas. La mejor solución es recurrir al otro padre que no está imponiendo ningún tipo de restricción sobre lo que el niño desea. Para disminuir o evitar este tipo de intercambio, es importante, en el caso de separación o divorcio, que los dos padres se pongan de acuerdo, de una forma consistente, en los reglamentos y límites que impondrán en los pequeños. También debemos recordar que para los niños, los padres son las fuente de amor, de aprobación y de información más importante. Por muy mal que un adulto/padre trate a su hijo, el niño siempre encontrará una manera de mantener la relación con sus padres. Es muy improbable que los pequeños dejen de querer a uno de sus padres. Nunca debemos pensar que los pequeños han dejado de querernos.

Si lo/la abandonaste, entonces me abandonarás a mí

La ansiedad es el síntoma más común entre los niños que han pasado por la experiencia de un divorcio pero no han sido apropiadamente apoyados. Los niños a esta edad suelen intentar resolver el problema que confrontan. Intentan comprender lo que les está sucediendo por medio de la experimentación y para lograr descifrar las causas y los efectos suelen personalizar la pérdida de uno de los padres. Lo que esto significa es que el niño asume que si su Mamá y su Papá se separaron entonces las posibilidades de que los padres los abandonen a ellos también son altas. Los niños a esta edad casi nunca hablan abiertamente de sus miedos. Se expresan a través de juegos donde existe el bien y el mal. Esto se puede manifestar a través de un cuento en el que un animal salvaje viene a la casa y se lleva a Mamá, a Papá o a ellos mismos. Otras veces los niños pueden empezar a comportarse mal en la escuela o con otros adultos que los cuidan con la esperanza de que Mamá o Papá los vengan a rescatar. La manera más eficaz de ayudar a un niño que sufre de ansiedad es explicarle exactamente lo que está pasando: “ mamá y papá van a vivir en dos casas diferentes. Tú visitarás a Papá los sábados y él te llevará a la escuela todas las mañanas”. Hay que recordarle al niño con frecuencia que los adultos se enfadan y se separan pero que las mamás y los papás nunca abandonan a sus hijos.

El divorcio no tiene porque hacerle daño a sus hijos. Tome estas precauciones y sus hijos estarán mejor preparados